domingo, abril 12, 2009

POEMA



El se sabía un camino

que le enseñó una sirena...”Mira
cuando nuestras Castillas,
la tuya que mira al sur
con los ojos entornados por encima
de las canciones del mar y de la pesca,
y la mía que anhela el norte
con su acento castellano y el sabor

de chumbos y desiertos en el alma,
se encuentran levemente en el lecho,
hay un retumbar de cascabeles y de coplas,
un resonar de nostalgias y de cuentos,
un bullicio silencioso de poemas nunca dichos.

Luego, marineros en tierras de negocios,
comunicadores por las ondas y frecuencias,
soñadores de libertades y justicias,
nuestras barcas inestables y devotas
chocan sus remos vigorosos
en un claquetear de suspiros y leyendas,
de ilusiones infrecuentes, de versos
que a pocos ilusionan o interesan.

Pero la magia de las sirenas
de nuestras coplas infantiles y perpetuas,
de nuestros idénticos sacrificios y fracasos,
elevan nuestras voces al compás
de tárantos y de dudas, de soleares
{y de amores de antemano compartidos.}

Ambrosio. He. Ve.

UN POEMA DE UN AMIGO